Dialogando con el Búfalo

A OCHO COLUMNAS

Por Said Betanzos

La noticia cambió. Una cámara capta cómo marinos reprimen a un policía municipal de Tijuana. Segundos antes gritó a un militar jalar el gatillo de su arma que por uno o dos segundos arrebató del cañón para ponérsela en el pecho para protestar por su arresto.

Lo someten, lo golpean. Todo es videograbado.

- ¡Chinga tu madre De La Rosa!.. ¡chinga tu madre!, grita efusivo Francisco Alonso Rodríguez Pacheco, agente ministerial aprehendido.

Está a menos de cinco metros de un grupo de funcionarios que esperan dar una conferencia de prensa, se levanta y da media vuelta para volver a grita: ¡Chinga tu madre!.... Luego arremente contra el procurador de Justicia: ¡Yo fuí fiel Rommel!... ¡fuí fiel hasta el final!... No soy culpable.

Todos está en videos.

Esa noticia se difundió a la sociedad. Policías reclamando libertad, acusando a la autoridad como represora, mentirosa, incongruente con su actuar y decir.

Horas antes la incógnita era porqué los detuvieron, no sorprendía el arresto pues la lógica era la de siempre: Vínculos con el narcotráfico, cualesquiera el grupo crminal.

Todo se modificó en segundos.

La Segunda Zona Militar a cargo del general Alfonso Duarte Múgica da golpes certeros al llamado crimen organizado, sobre todo cuando se trata de cimbrar las estructuras criminales que operan en la frontera de Tijuana.

Pero la mala coordinación en materia de comunicación dejó una percepción diferente en la sociedad bajacaliforniana, en los tijuanenses que escucharon al General explicar por micrófono que estaba a punto de iniciar la conferencia de prensa.

En la mesa estaban Duarte Múgica; el delegado de PGR en Baja California, Francisco Javier Cossío; el secretario de Seguridad Pública de Baja California, Daniel de la Rosa Anaya; el procurador en la entidad, Rommel Moreno Manjarrez, así como un representante de la Policía Federal.

Las cámaras jamás hicieron caso al Procurador, vocero del arresto masivo. Los periodistas centraron su visión en los detenidos, que pasaron de acusados a acusadores.

Rommel aseguró están vinculados con el crimen organizado. Ahora fueron cautelosos, jamás dijeron a qué cártel de los tantos que operan en la región como los famosos Arellano Félix, Los Teos, El Chapo Gúzmán o La Familia Michoacana.

Hay muchas incógnitas, más que respuestas a este masivo arresto de 62 personas, entre ellas 40 policías municipales, 16 ministeriales y 6 ex agentes.

Qué Juez Federal otorgó las órdenes de aprehensión, dónde están los documentos que avalan este arresto masivo. Pregunta únicas que pudieron dar un vuelco a lo que sucedió al tratr de presentarse a los agentes.

La estrategia para asegurarlos fue eficiente. Jamás sospecharon, pero la estrategia para anunciar el logró de las autoridades bajacalifornianas para depurar a las policías no existió. Se perdió.

Aquí no se defiende, se habla de lo que pasó. Una comunicación deficiente que cambió la percepción de los bajacalifornianos, pues éstos videos que hoy circulan en internet muestran a una autoridad intolerante, represora a quién grite, a pesar de ser acusado por una autoridad judicial.

Los derechos humanos de los detenidos fueron atropellados, el abuso de autoridad estuvo en su máxima expresión. Hoy quienes más resienten los reclamos y vejaciones son los policías municipales, ministeriales que se quedan a cuidar a la sociedad, esa que exige también resultado, pero que sólo ve reclamos.

Nadie duda de la estrategia del combate a la delincuencia organizada, pero falló la estrategia más elemental: Comunicación.

La sociendad tiene una percepción muy diferente a la que se buscaba con este arresto al estilo ‘gabacho’, como el que hace una semana hizo el FBI al detener en San Diego al jefe de la policía de Enlace de la Procuraduría de Baja California, Jesús Quiñónes Márquez.

Fallaron a pesar del resultado.