Por Said Betanzos
TIJUANA.- Es la frontera más visitada del mundo es Tijuana, la cuna de cárteles de las drogas que hoy mantienen una guerra contra el gobierno mexicano. Pero esta norteña ciudad, pasó a ser la más insegura para narcotraficantes.
Informes de inteligencia militar establecen que tras la captura de los más sanrgientos líderes del narcotráfico en Baja California, no hay lugartenientes o dirigentes de las drogas asentados en esta ciudad.
En el caso de Luis Fernando Sánchez Arellano, El Ingeniero, presunto cabecilla de la organización Arellano Félix lo ubican desde hace varios meses fuera de esta norteña ciudad.
“Sabemos que está en Hawaii, son los últimos informes. Pero aquí en Tijuana ya no se para, no viene”, reveló un alto mando militar del Ejército Mexicano.
Curiosamente muchos son detenidos en territorio mexicano, a pesar de que tienen residencias en la unión americana, donde lavan millones de dólares obtenidos por las ganancias del narcotráfico.
El Ingeniero, es uno de los más buscados por autoridades mexicanas y de los Estados Unidos, principalmente la Agencia Antidrogas de la Unión Americana (DEA, por sus siglas en inglés) quien se ofrece una millonaria recompensa.
Sus conexiones con cárteles colombianos le permite mantener una estructura internacional para el tráfico de drogas de Colombia a México, de ahí su paso a California, su principal mercado. Distribución que logra al utilizar la frontera de Tijuana, donde desde hace tres décadas inició su poderio esta organización mexicana.
Gracias a la corrupción de autoridades en Baja California, principalmente de policías de todas las corporaciones, es como podía moverese en la norteña Tijuana. En algunas ocasiones escoltado por agentes, quienes hasta trasladaban a sus lugartenientes en patrullas compradas con impuestos de la comunidad.
Tijuana, el viejo paraíso
La llegada del Teniente Coronel, Julián Leyzaola Pérez primero como Director y luego como Secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana trajo consigo varios cambios en la operación del narcotráfico en a región Tijuana-San Diego.
Casi todos los tijuanenses saben que a los meses de su designación cientos de policías fueron despedidos por falta de confianza, incluso se pactó una reunión en el Cuartel Morelos donde se simulaba una junta que en realidad, era para detener a varios jefes y subjefes de la policía que dirige.
Algunos realizaban trabajos para el Cártel Arellano Félix que presuntamente dirige Sánchez Arellano, otros agentes de la misma corporación ‘trabajaban’ para el entonces prófugo Teodoro García Simental, El Teo, lugarteniente en esta forntera de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Los líderes del narcotráfico comenzaron a cambiar, sobre todo su forma de desplazarse en la ciudad.
Siempre se les veía llegar a un restaurante en los llamados “Comandos”. No eran más que un grupo de 6 a 8 vehículos, casi siempre camionetas de lujo. Todas de 8 cilindros para no batallar.
Suburban, Tahoe, Expedition o Excursion, regularmente negras o gris plata. Pero antes de moverse, los llamados´”punteros”, “guias” o “batacas” revisaban el área para evitar cualquier contratiempo con la autoridad.
Ellos se movian en autos que no levantaran sospechas, por lo general autos sedán, con placas fronterizas. Siempre con documentos en regla e identificaciones para no tener problemas con la “placa”.
Los ‘narcos’ también cambiaron
El 17 de abril del 2008 apareció el ‘comando’ más número en Tijuana. Se contabilizaron más de 40 autos detenidos en el bulevar Insurgentes, una de las vialidades más transitadas en esta frontera.
Se le denominó la balacera ‘El Cañaveral’, por ocurrir frente a un negocio con ese nombre. Aparecieron más de 10 muertos esa madrugada, esa fue de las últimas veces que en Tijuana se vio a un grupo armado circulando en la ciudad.
Entonces comenzaron a ‘moverse’ en autos menos escandalosos, pero siempre armados con sus “cuernos de chivo” por aquello de cuidr al jefe en cuestión.
Ahora usaban vagonetas con vidrios polarizados de fábrica, porque los otros estaban prohibidos por el gobierno de la ciudad.
Peros los narcos, los de a deveras ya no se veían, comenzaron a esconderse porque se sabían buscados por ‘Las Sandias’, como se refieren al Ejército Mexicano.
Hoy se mueven en sólo auto. “Al estilo americano” ha dicho Julián Leyzaola Pérez, uno de los principales enemigos de la delincuencia en esta frontera.
Se mudaron de Tijuana
Hace dos años también decidieron cambiar su estilo de vida. Algo más relajado para evitar el estrés del correr para salvar el pellejo, ya sea por un enfrentamiento con policias o para evitar ser detenido y luego encerrado en una fria prision de la ciudad de México.
Los jefes de la delincuencia entonces mandaron a construir con sus dólares mal avidos, enormes mansiones en La Paz, Baja California Sur.
“Cualquiera que opere en esta ciudad u opere en Baja California está en un constante riesgo de ser detenido y se tienen que ir a otros lugares donde son paraísos para narcotraficantes”, es una de las razones que da Leyzaola del porqué la huída de estos presuntos criminales de Tijuana.
Teodoro, 'El Teo', su hermano Juan Manuel García Simental, 'El Chiquilín', y Raydel López Uriarte, 'El Muletas'.
Tenían contactos de los mismos narcotráficantes de Sinaloa, quienes les apoyaban para tener protección de autoridades políticas y policías.
Los tres se fueron el mismo día. “El Teniente está loco, yo mejor me voy”, dijo El Teo a sus colaboradores, a quienes pidió también optar por la retirada antes de ser detenidos por el ya entonces Secretario de Seguridad Pública de Tijuana.
A los pocos meses comenzaron a capturar a varios colaboradores del grupo criminal de García Simental, también apodado “El Tres Letras”, pero de los jefes poco se sabía.
Gracias a declaraciones de sus ‘sicarios’ se supo que jamás se les veía, que el dinero se reportaba por medio del uso de cuentas bancarias y emisarios, pero verlos era imposible.
Antes de su captura, El Teo asistió a dos fiestas, una en el municipio de Playas de Rosarito. Llegó en su avioneta particular. Huyó gracias a la ayuda de policías federales.
La segunda ocasión que estuvieron a punto de detenerlo se dio en Puerto Peñasco, Sonora. Departía en una fiesta con un ex policía de Tijuana, prófugo de las autoridades.
En enero de este año, ya no pudo más. Mientras dormía, autoridades federales lo capturaron en La Paz.
“Si lo detuvieron en Baja California Sur, como detuvieron a El Tigrillo, en su momento en esa área, quiere decir que aquí en Tijuana y en Baja California no hay lugar para estas gentes”, fue uno de los primeros comentarios del Teniente Coronel Julián Leyzaola Pérez.
El secretario de Seguridad Pública de Tijuana era su principal enemigo. Lo mandó a matar en varias ocasiones, nunca se logró un atentado en su contra.
El año pasado, en el Día de Brujas, un grupo de ‘mugrosos’, como llama Leyzaola a estos criminales, camuflajearon camionetas y colocaron todo aditamento a las unidades para hacerse paar por vehículos oficiales del Ejército Mexicano.
El plan se frustró, luego de ahí vinieron una serie de arrestos como el de El Teo, el de su hermano El Chiquilín y su amigo inseparable, El Muletas.
Desde entonces el Teniente aseguró que en la ciudad no existe cavida para la delincuencia por dos razones. Primero no existen las condicioens sociales para que sean apoyados y segundo, la policía cambio su mentalidad pues ahora enfrentan al narcotráfico y no le sirven como ocurrio por décadas en esta frontera tan codiciada.
1 comentarios:
Pues a ver si así le huyen y le llegan a otro lugar porque aquí con Calderón no podrán regresar al pais. No por nada esa lucha ha sido de las más duras e incesantes. Gracias a usted vivimos tranquilos
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