Dialogando con el Búfalo

TIJUANA.- A cuatro meses de conquistar el Monte Everest, el alpinista tijuanense Ignacio Anaya Barriguete sufrió la amputación de varios dedos de los pies a consecuencia del congelamiento que tuvo en su travesia.

“Finalmente perdí mi estimado Raúl, ambos pulgares y la mitad de otros cuatro dedos. Estaré en óptimas condiciones para volver a escalar. De eso no hay duda”, señaló Anaya Barriguete.

La intervención quirúrgica a la que se sometió el jueves pasado resultó un éxito, destacó Raúl Gómezcaña Ferrer.

El representante del alpinista informó en un comunicado que la operación estuvo a cargo de la doctora Amalia Cochran, directora de la unidad para atención a quemaduras y congelamientos del Hospital de la Universidad de Utah en la ciudad de Salt Lake City.

Este es uno de los tres lugares reconocidos a nivel mundial para atender los problemas causados por el congelamiento de las extremidades, además de los ubicados en Alaska y España.

A raíz de la conquista de la cumbre del Monte Everest el 17 de mayo pasado, el alpinista bajacaliforniano sufrió el congelamiento en casi la totalidad de los dedos de sus pies.

Esto comenzó a causarle grandes molestias a partir del momento en que llegó a la cima de la montaña más alta del planeta ubicada a 8 mil 848 metros sobre el nivel del mar, por lo que su descenso fue sumamente penoso y lleno de peligros.

La intervención quirúrgica duró poco más de dos horas.

Ignacio Anaya fue trasladado a un cuarto privado y aunque este martes 10 de agosto abandona el hospital, permanecerá otros cinco días en Salt Lake City para curaciones y revisiones.

Se estima que el próximo 15 de agosto esté de regreso en Tijuana y después de su proceso de recuperación, Anaya Barriguete iniciará su preparación física con el propósito de que en octubre escale la cumbre del monte Kilimanjaro, ubicado en el noreste de Tanzania y que es la montaña más alta de África.

El tijuanense, de profesión abogado con especialidad en temas fiscales, participó en la Expedición Ruta del Bicentenario rumbo al Monte Everest, otro de sus motivos fue recaudar fondos económicos para ayudar a niños y niñas de escasos recursos que padecen cáncer en Tijuana.