TIJUANA.- Vestía el uniforme de la Policía Municipal de Tijuana: Camisa blanca de manga corta, bien planchadita, pantalón azul marino con su raya bien marcada. Es la pulcritud de un militar ante todo. Al frente el escudo dorado en el pecho del lado izquierdo, todos los distintivos que lo identifican como Secretario de Seguridad Pública de esta ciudad fronteriza.
Se encontró con el alcalde Jorge Ramos a la entrada del estacionamiento subterráneo del Centro Cultural Tijuana (Cecut). El reloj marcaba medio día, mientras el Teniente Julián Leyzaola saludaba al presidente de la ciudad y la comitiva que los esperaba.
El salón estaba lleno, hasta el tope, tanto que tuvieron que colocar más sillas para la concurrencia: Empresarios locales, regidores, funcionarios municipales, jefes de la Policía de Tijuana y Estados Unidos, así como ciudadanos.
Periodistas había montones. Fotógrafos, camarógrafos y reporteros, todos en espera del momento ideal para anotar la declaración más importante del evento: Reconocimiento al Teniente Coronel Julián Leyzaola Pérez, secretario de Seguridad Pública de Tijuana.
“Bajo su liderazgo se dieron las estrategias efectivas para regresar la seguridad a la ciudad”, expresó Claudio Chávez del Buró de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Parecía una despedida a Leyzaola. Los discursos sólo eran interrumpidos por aplausos breves que hacían un fuerte eco en el salón de eventos El Cubo. En la esquina frente al presidium estaba el Capitán Gustavo Huerta Martínez, el brazo derecho de “El Teniente” como suelen llamar en confianza a Leyzaola.
El primer reconocimiento se le dio por la disminución de la violencia en pues de octubre de 2009 a octubre de 2010, en la frontera se redujo un 52%, sostuvo Chávez.
Mike Eckell del Buró Federal de Investigaciones (FBI) recordó que en otras administraciones no habían tenido tanta confianza ni coordinació con la Policía Municipal como ahora, mérito que adjudicó a la limpia de malos elementos de dicha corporación.
¿Secretario de traje y reuniones?
Val Jiménez, agente especial de la Asociación Internacional de Oficinas de Enlace, creyó en un principio que el Teniente Coronel sólo sería una figura decorativa, sin resultados como en otros casos.
“Pensé lo vería en traje ya como Secretario, como un político y dije: Sólo lo veremos en actos o reuniones. Pero ¿no? Seguía vistiendo el uniforme de policía”, recordó.
Otra anécdota marcó la relación entre este Agente Especial con la Policía Municipal de Tijuana. Een una ocasión llamó a Leyzaola en repetidas ocasiones de madrugada, pensó no quería contestarle. Al final en el auricular estaba Alejandro Lares, jefe de Enlaca de la Policía Municipal de Tijuana. Le explicaba que el Secretario estaba con unos detenidos.
“Quería decir que él tiene interés en la ciudad, no sólo de decir que mejoraría la seguridad para sus hijos, se veía con las acciones”, expresó Val Jiménez quien ya no piensa en cómo cuidarse de la delincuencia cuando viaja a Tijuana por cuestiones de trabajo.
El evento parecía ser la última presentación de Julián Leyzaola, el séptimo hijo de una familia mexicana con antecedentes militares desde su abuelo. Pero el rostro de “El Teniente” era muy diferente al que se ha visto en los últimos tres años, se le veía sonriente, contento pues de tanto halago.
Peter Shear de la Procuraduría General de Justicia del Estado de California terminó con una despedida muy adelantada: “Agradecemos su apoyo que nos ha brindado, la coordinación que hemos mantenido y le deseamos buena suerte en su futuro como servidor público”.
Leyzaola no frunció el seño como lo hace regularmente para demostrar su malestar, una actitud que cambió por sonrisas, abrazos, felicitaciones y agradecimientos. Su voz trató de quebrarse en momentos, pero su temple militar lo obligó a no hacerlo cuando le tocó el turno de agradecer.
Ahí destacó Leyzaola el apoyo que recibió del alcalde Jorge Ramos por su decisión de tomar medidas necesarias cuando se lo pidió, pero también recordó los momentos de tensión que vivieron para avanzar en la seguridad pública.
También aclaró, él y el capitan Gustavo Huerta, director de la Policía local, sólo son los guías de los agentes en este momento, pero son ellos quienes despertaron su sentido de honestidad y valentía para retomar el rumbo para la seguridad de sus familias, los ciudadanos y darle una nueva identidad a Tijuana.
Se encontró con el alcalde Jorge Ramos a la entrada del estacionamiento subterráneo del Centro Cultural Tijuana (Cecut). El reloj marcaba medio día, mientras el Teniente Julián Leyzaola saludaba al presidente de la ciudad y la comitiva que los esperaba.
El salón estaba lleno, hasta el tope, tanto que tuvieron que colocar más sillas para la concurrencia: Empresarios locales, regidores, funcionarios municipales, jefes de la Policía de Tijuana y Estados Unidos, así como ciudadanos.
Periodistas había montones. Fotógrafos, camarógrafos y reporteros, todos en espera del momento ideal para anotar la declaración más importante del evento: Reconocimiento al Teniente Coronel Julián Leyzaola Pérez, secretario de Seguridad Pública de Tijuana.
“Bajo su liderazgo se dieron las estrategias efectivas para regresar la seguridad a la ciudad”, expresó Claudio Chávez del Buró de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Parecía una despedida a Leyzaola. Los discursos sólo eran interrumpidos por aplausos breves que hacían un fuerte eco en el salón de eventos El Cubo. En la esquina frente al presidium estaba el Capitán Gustavo Huerta Martínez, el brazo derecho de “El Teniente” como suelen llamar en confianza a Leyzaola.
El primer reconocimiento se le dio por la disminución de la violencia en pues de octubre de 2009 a octubre de 2010, en la frontera se redujo un 52%, sostuvo Chávez.
Mike Eckell del Buró Federal de Investigaciones (FBI) recordó que en otras administraciones no habían tenido tanta confianza ni coordinació con la Policía Municipal como ahora, mérito que adjudicó a la limpia de malos elementos de dicha corporación.
¿Secretario de traje y reuniones?
Val Jiménez, agente especial de la Asociación Internacional de Oficinas de Enlace, creyó en un principio que el Teniente Coronel sólo sería una figura decorativa, sin resultados como en otros casos.
“Pensé lo vería en traje ya como Secretario, como un político y dije: Sólo lo veremos en actos o reuniones. Pero ¿no? Seguía vistiendo el uniforme de policía”, recordó.
Otra anécdota marcó la relación entre este Agente Especial con la Policía Municipal de Tijuana. Een una ocasión llamó a Leyzaola en repetidas ocasiones de madrugada, pensó no quería contestarle. Al final en el auricular estaba Alejandro Lares, jefe de Enlaca de la Policía Municipal de Tijuana. Le explicaba que el Secretario estaba con unos detenidos.
“Quería decir que él tiene interés en la ciudad, no sólo de decir que mejoraría la seguridad para sus hijos, se veía con las acciones”, expresó Val Jiménez quien ya no piensa en cómo cuidarse de la delincuencia cuando viaja a Tijuana por cuestiones de trabajo.
El evento parecía ser la última presentación de Julián Leyzaola, el séptimo hijo de una familia mexicana con antecedentes militares desde su abuelo. Pero el rostro de “El Teniente” era muy diferente al que se ha visto en los últimos tres años, se le veía sonriente, contento pues de tanto halago.
Peter Shear de la Procuraduría General de Justicia del Estado de California terminó con una despedida muy adelantada: “Agradecemos su apoyo que nos ha brindado, la coordinación que hemos mantenido y le deseamos buena suerte en su futuro como servidor público”.
Leyzaola no frunció el seño como lo hace regularmente para demostrar su malestar, una actitud que cambió por sonrisas, abrazos, felicitaciones y agradecimientos. Su voz trató de quebrarse en momentos, pero su temple militar lo obligó a no hacerlo cuando le tocó el turno de agradecer.
Ahí destacó Leyzaola el apoyo que recibió del alcalde Jorge Ramos por su decisión de tomar medidas necesarias cuando se lo pidió, pero también recordó los momentos de tensión que vivieron para avanzar en la seguridad pública.
También aclaró, él y el capitan Gustavo Huerta, director de la Policía local, sólo son los guías de los agentes en este momento, pero son ellos quienes despertaron su sentido de honestidad y valentía para retomar el rumbo para la seguridad de sus familias, los ciudadanos y darle una nueva identidad a Tijuana.
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