Dialogando con el Búfalo

TIJUANA.- Debido a que más del 50 por ciento de las personas de la tercera edad en Baja California sufren de trastornos relacionados al sueño, pueden convertirse en dependientes, adictos a medicamentos controlados.Ante el problema el doctor Jaime Orozco Ibarra mencionó que estas personas deben recibir inmediata atención médica.

Dormir se presenta en múltiples estados y su ciclo incluye períodos sin que la persona descanse, en los que puede haber sueño ligero o sueño profundo.

Este fenómeno se presenta con períodos ocasionales en los que la persona sueña en forma activa que se conoce como “sueño con movimiento rápido de los ojos REM” y este ciclo se repite varias veces durante la noche.

La transición entre el acto de dormir y despertarse con frecuencia es abrupta, abundó, lo cual le da a las personas mayores la sensación de tener un "sueño más ligero", comparado cómo dormían cuando eran jóvenes, debido a que acostumbran dormir siestas prolongadas durante el día.

Aseguró que es muy común que este tipo de personas utilicen medicamentos controlados para poder conciliar el sueño adecuadamente, lo que representa un grave riesgo ya que se pueden convertir en adictos y dependientes sicológicamente a éstos.

“Hay casos en que si no toman su pastilla para dormir no se duermen y a veces aunque se duerman sin tomársela se despiertan para tomársela porque se acuerdan que no lo hicieron”, expresó el especialista.

Por otra parte, el galeno dijo que algunos trastornos se manifiestan en las vías respiratorias de las personas “roncadoras”, que algunas veces se puede presentar también por sobrepeso.

Orozco Ibarra recomendó que si lo adultos mayores sienten que no descansan durante el sueño, antes de tomar cualquier clase de medicamento deben consultar a un médico de atención primaria, porque muchas veces estos trastornos pueden ser secundario a otros problemas.

Agregó que también es recomendable que las personas obesas bajen de peso y aquellas que roncan mucho pueden utilizar una especie de mascarilla que se coloca entre la boca y nariz para que puedan respirar adecuadamente y así dormir las ocho horas que necesitan para cumplir los ciclos del sueño.